Semblanza de José Pérez, presidente HCV, período 1975-1976
José León Pérez Rodríguez pertenece al grupo de canarios que llegaron a Venezuela a mediados del siglo XX. Cuando emigró apenas contaba con unos veinte años pues había nacido el 11 de abril de 1924 en Santa Cruz de La Palma, lugar en donde pasó su infancia y en el que inició su formación. Posteriormente, el joven José Pérez se trasladó a Tenerife para estudiar en la Universidad de La Laguna en la que obtuvo la licenciatura en Derecho.
Cuando comenzaba la década de los 50, Pepe, como lo llamaban sus amigos, como hombre emprendedor, tenía decidido viajar a Venezuela. Llegó al país sudamericano solo. Más tarde lo hizo su esposa Dolores “Loló” Bethencourt, quien lo acompañaría a lo largo de su vida, sesenta y dos años estuvieron juntos, uno al lado del otro, siempre como un matrimonio ejemplar y bien avenido. Tuvieron tres hijos José Luis, Juan Antonio y María Dolores, todos nacidos en Venezuela. Formados en colegios y universidades nacionales, actualmente son excelentes profesionales y gente de bien, pues tuvieron el ejemplo de sus padres.
Pepe Pérez siempre ejerció con éxito su profesión en la industria petroquímica, concretamente en la compañía Shell. Trabajó con la empresa en diferentes lugares de Venezuela, hasta su jubilación. El matrimonio fijó su residencia definitiva en Caracas, ciudad en la que Pepe tuvo la oportunidad de relacionarse con sus amigos canarios.
Compartía muchas de sus inquietudes con los isleños que como él habían salido de su tierra. Una de esas, y muy importante, era la de formar un club que congregara la próspera colonia. Este interés conjunto, que comenzó en los años sesenta con un grupo de oriundos del archipiélago, se concretó al cabo de los años, pues decidieron comprar el señorial Club Paraíso para fundar en ese lugar el Hogar Canario Venezolano, la Casa Grande de los canarios en Venezuela.
Eran esos momentos de constantes “papeleos” para la adquisición y posterior fundación de la institución HCV con sus respectivos estatutos, reglamentos y documentación precisos para dar apertura a la nueva sede recreativa, que estaría dedicada fundamentalmente a la conservación y fortalecimiento de las relaciones culturales y tradicionales isleñas y venezolanas. José Pérez, desde su profesión de abogado, los asesoró y colaboró en los documentos exigidos por la ley. Asimismo, continuó haciéndolo siempre que los integrantes de las diferentes directivas le consultaban temas legales o le pedían algún consejo al respecto.
Ya en el los años 70, en esa época hermosa de inicios del club Hogar Canario Venezolano y de prosperidad en Venezuela, Pepe Pérez, con un grupo de amigos, decidió formar una plancha para dirigir la prestigiosa institución. Presentaron las credenciales exigidas para las elecciones y lograron alcanzar la victoria para llevar con éxito una gestión compleja pero gratificante. Era el período 1975-1976, tiempo que en en esos primeros años duraban las directivas en sus cargos.Lo acompañaron Juan Sánchez como vicepresidente primero; Francisco Martín, vicepresidente segundo; Antonio Sosa, secretario general; Juan Betancourt, tesorero; Armengol Abreu, bibliotecario y los directores David Llanos, Mario Vargas, Pedro Alberto Díaz, Pedro González Falcón, Armando Naranjo, Antonio Bethencourt, José Luis Segura, José Luis Wallo, Emilio González Falcón, Juan Sánchez, Adrián Ramos, Antonio Jordán, Gaspar Hernández Zamora; comisarios, principal, Segundo Torres y suplente, Manuel Herrera Castilla.
Pepe, Pérez siempre continuó como socio de la institución, allí se reunía con sus amigos para compartir en diversas actividades socioculturales hasta hace pocos meses. Este martes, 15 de abril de 2014, falleció en la ciudad de Caracas en Venezuela a los 90 años.
Sus amigos y todos los que lo conocieron coinciden en destacar su carácter cordial y afable, así como sus cualidades como hombre recto, humano y un auténtico canario.