8 junio, 2023

Semblanza del escritor grancanario Benito Pérez Galdós

Primer capítulo de una serie de personalidades que vieron por primera vez la luz en las islas Canarias y que con sus acciones y procederes han contribuido a hacer grande su ʽpatria chicaʼ


CCEEM. 20 de junio de 2019

Semblanza de don Benito Pérez Galdós

Escritor, autor, entre otras grandes obras de Los Episodios Nacionales, se dice de él que es después de don Miguel de Cervantes Saavedra, creador del universal Don Quijote de la Mancha, es el mayor novelista español de todos los tiempos.

Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de mayo de 1843, fue el décimo hijo de Sebastián Pérez, teniente coronel del Ejército y de Dolores Galdós, una dama de origen guipuzcoano de ‘fuerte carácter’.  Desde niño fue aficionado a la música, al dibujo y a la literatura. A partir de los catorce años ingresa en el colegio de San Agustín, donde cursa el bachillerato y en 1862 revalida en el Instituto Provincial de La Laguna, en Tenerife.

A los diecinueve años se traslada a Madrid con la intención de estudiar leyes. Allí conoce a Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien le alentó a escribir y le orientó hacia el krausismo. Durante los primeros años de su estancia en la ciudad frecuentó redacciones y teatros, escribió en La Nación y en El Debate.

La fontana de oro (1870), La sombra (1871) y El audaz (1871) fueron los títulos de sus primeras novelas, que revelan todavía una influencia del Romanticismo. Comienza en la corriente del Naturalismo con La Desheredada (1881), le siguen El doctor centeno (1883),  Tormento (1884)  y La de Bringas (1884).

Los críticos señalan que Lo prohibido (1884-85) es la novela galdosiana más impregnada de Naturalismo. Fortunata y Jacinta de 1886-87 es un vasto mural donde la historia, la sociedad y el perfil urbano de Madrid sirven de fondo a un argumento que presenta a dos jóvenes enamoradas del mismo hombre.

De su vida íntima se sabe que tuvo una hija, María Galdós Cobián, en 1891 relación que sostuvo con Lorenza Cobián. Nunca se casó, pero plasmó su tipo ideal de compañera en una mujer ya mayor: Teodosia Gandarias. Aunque se opuso a las costumbres demasiado licenciosas, predicó un tipo de amor más libre, que reflejó en Realidad y Tristana,

En 1873 aparecieron las dos primeras series de los 46 títulos de los Episodios Nacionales, escritos entre 1872 y 1912. Una monumental obra histórica del siglo XIX, entre el hecho de Trafalgar y la España de Cánovas.

Acusó a los escritores contemporáneos de ser incapaces de describir la vida de su tiempo. Sólo excluyó de sus ataques a Fernán Caballero y a José María Pereda.

Casa natal de Benito Pérez Galdós en las Palmas de Gran Canaria. Foto Marieta Álamo.

Finaliza la década de los 80 con La incógnita (1889), Torquemada en la hoguera (1889), Realidad también en 1889 y comienza la siguiente en donde publica Ángel Guerra de 1891, con la que experimenta una nueva manera de novelar. Los problemas éticos aparecen en Tristana (1892), Nazarín (1895), Halma (1895) y Misericordia (1897). Frecuentemente sus obras parecen recordar a Dostoievski. Su penetración psicológica ha sido igualada pocas veces. Entre sus características más definidas se cuentan un estilo personal vigoroso y muy marcado; un gran conocimiento de la locura y la esquizofrenia de ahí su interés por Don Quijote       

Galdós adaptó para el teatro sus propias novelas, Realidad en 1892, La loca de la casa en 1893, Doña Perfecta en 1896, El abuelo en 1904 y otras, que fueron acogidas con éxito por el público y por la crítica.

La candidatura de Don Benito a ocupar un sillón en la Real Academia Española de la Lengua fue aceptada, después de haber sido rechazada en ocasión anterior.

Destacan decepciones importantes manifestadas por Galdós, tales como que la generación del 98 no le considerara su mentor. Igualmente consideró que mereció el Premio Nobel de Literatura que no le concedieron, a pesar de sus méritos literarios.

Participó activamente en política. Fue diputado en las Cortes por Guayama (en el actual Puerto Rico) en 1886, pero nunca llegó a visitar su circunscripción antillana, pero asistía a las sesiones de las Cortes.

Benito Pérez Galdós transformó la novela española de aquella época, fue el gran exponente del realismo español. En 1912 quedó ciego.

Tuvo el honor de que erigieran una escultura, por suscripción pública, en el parque del Retiro de Madrid, del artista Victorio Macho (Palencia 23-12-1887) erigida por suscripción pública. El acto de develación se realizó el 20 de enero de 1919. Galdós, que había quedado ciego en 1912, pidió que lo levantaran para tocar y acariciar la obra, acto que lo emocionó hasta las lágrimas.

Benito Pérez Galdós, murió en su casa de la calle Hilarión Eslava de Madrid, en la madrugada del 4 de enero de 1920. El día de su entierro miles de ciudadanos, se calcula que unos 30.000, lo acompañaron hasta su última morada en el cementerio de la Almudena de Madrid.


Bibliografía:
Centro de Cultura Popular Canaria (2005). Benito Pérez Galdós. Un genio de la Literatura universal. La enciclopedia de los canarios ilustres. P 116. Litografía A. Romero, S. L.
Wikipedia (2019). Benito Pérez Galdós. [Fecha de consulta: 19 de junio de 2019] Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Benito_P%C3%A9rez_Gald%C3%B3s