Todos los Santos, Finados, Rancho de Ánimas y Halloween en Canarias
Las Fiesta de los Finados y los Ranchos de Ánimas en recuerdo a los fallecidos son tradiciones canaria que han quedado rezagadas, mientras que Halloween ha desplazado las costumbres de las islas
CEEM. Caracas, 1-11-2018
Josefina Benítez Q.
Finados y Ranchos de Ánimas
El culto a las ánimas comenzó a arraigarse en Canarias a finales del siglo XVI y principios del XVII, según algunos estudiosos. Tiene que ver con la creencia católica de la existencia del Purgatorio (ánimas del purgatorio), ese lugar al que van las almas de los que fallecen en gracia de Dios pero con «pecados veniales».
Con la finalidad de aliviar el tormento de los muertos, los vivos, desde la tierra, interceden por sus almas con rezos y plegarias para que puedan mitigar su sufrimiento.
En las islas estos rituales son denominados Fiesta de Finados y Ranchos de Ánimas. Ambos están vinculados a las parroquias con música y ritos que se efectúan cada año la víspera del 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, y durante los primeros días del mes. Los Ranchos más populares que los Finados, en esencia contienen el mismo objetivo de interceder por los muertos.
Los Ranchos de Ánimas están integrados por grupos musicales familiares, quienes, demás de celebrar los ritos en las iglesias, van por las calles de los pueblos tocando de puerta en puerta a los vecinos los reciben y les donan los sufragios como buenas acciones por las ánimas.
Halloween
Halloween es una fiesta que se celebra la noche del 31 de octubre en la víspera del primero de noviembre cuando se conmemora el Día de Todos los Santos. El vocablo procede del inglés antiguo «All Hallow’s Eve» (víspera de todos los santos), cuya pronunciación degeneró con el tiempo a Halloween. Una tradición anglosajona que igualmente, que los ritos canarios de los finados y ánimas, recuerda a los difuntos.
La noche del 31, son los espíritus los que visitan las casas de sus familiares y los vivos, con el deseo de agradarles, colocan una vela en la ventana de su casa por cada muerto de la familia.
Su origen, según cuenta una de las tradiciones acerca de la celebración del Halloween, se inició con los celtas, quienes en épocas remotas festejaban el final de la temporada de cosechas con la fiesta conocida como Samhain. Cuando los romanos los conquistaron, se juntó el Samhain con la fiesta romana de la cosecha que se celebraba al final de octubre en honor de la diosa de las frutas.
Con la cristianización, los papas Gregorio III y Gregorio IV intentaron modificar la festividad e instituyeron el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, de tal manera que permanece la esencia y la fecha pero son diferentes formas de rememorar a difuntos. En la actualidad, el principal atractivo de esta festividad son los disfraces, los entretenimientos, la decoración, los característicos colores morado, naranja y negro, y, por supuesto, las calabazas.
Dominio de Halloween en el recuerdo de los difuntos
Actualmente, las influencias de unas culturas sobre otras han motivado cambios en las costumbres de los pueblos en relación a ciertas efemérides, como es la dedicada a los fallecidos.
Halloween se ha extendido en Canarias, igual que lo ha hecho en otros sitios en donde, hasta hace pocos años, desconocían esta celebración. Ha influenciado de tal manera que ha repuntado y hoy, en mayor o menor grado, se conoce y hasta se festeja según esta tradición en la mayoría de las islas; mientras que los Finados y Ranchos de ánimas han pasado al olvido, a pesar de intentos por rescatarla, especialmente en los pueblos de Arbejales y Valsequillo, en la isla de Gran Canaria; y en Tiscamanita, Fuerteventura.
Queda la costumbre, no festiva ni bulliciosa, sino de recogimiento y de meditación, de asistir los cementerios el Día de Todos los Santos cuando son los vivos los que visitan a los muertos para presentarles flores como símbolo de recuerdo hacia ellos.
POESÍA DE LOS FINADOS
Autor anónimo
El día de los finados,
en tiempos de mis abuelos,
la gente comía castañas,
juntitos, detrás de un fuego.
Yo no sé que pasa ahora,
si es que no saben igual,
porque, en vez de las castañas,
la gente se pone disfraz.
Yo, el antifaz me lo pongo
cuando salgo a vacilar
el día que celebramos
nuestro querido carnaval.
Las brujas esas de afuera
que nos quieren endosar
que las adoren los que quieran
pero búsquense otro altar.
Si seguimos de esta guisa
tendremos que celebrar
el día 4 de julio
el martes de carnaval.
Todo esto que les digo
lo hago con mucho apuro,
porque sé que los americanos
pincharon mi disco duro.
Yo sigo con mis castañas
en día tan especial
recordando a todos los seres
que con nosotros ya no están.
La varada del pescado,
Beñesmén en Guayadeque,
la suelta del perro maldito
o la rama en Agaete.
Estas y otras muchas son las fiestas
que debemos celebrar
y, de paso, a nuestros hijos
la tradición inculcar.
Las brujitas esas yankis
quién las quiera festejar,
que coja un barco y lo haga
… al otro lado del mar.
A continuación un artículo ampliado acerca de la tradición canaria dedicada a los difuntos:
https://canariosenelmundo.com/actualidad/rancho-de-animas-y-noche-de-finados20141029/