Carta a Cristiano Ronaldo

Antonio Álamo Lima.
CCEEM. Caracas, 18 de abril de 2019
¡Hola Cristiano! ¿Te creíste un dios, pensabas que todo lo que ganó el Madrid estos últimos años, sí, el gran e histórico Real Madrid, el mejor equipo del siglo XX, según la FIFA, que no lo digo yo, era gracias a ti? Abriste y llenaste de trofeos y reconocimientos, un museo en Madeira, tu preciosa isla natal, pues, cada dos por tres, ganabas Balón de Oro, Bota de Oro, Pichichi, Trofeos de liga, Copas, Champions, etc. No pasaba un día que no llevaras algo para la Macaronesia, donde se halla tu patria chica.
“Soy un dios”, me imagino te decías para dentro cuando te mirabas en las pantallas gigantes del Bernabeu y otros campos donde triunfabas, ya que las cámaras siempre iban, y siguen, proyectando tu imagen. Supongo que te sentías orgulloso y pensarías: «¡qué guapo soy!, ¡qué grande soy!». Y a tus compañeros los ignorabas, eras tú solo el que conseguía todo. Si los goles los marcabas tú, esperabas que hicieran peña contigo y te abrazaran y felicitaran y, si era otro el que lo lograba, tú te ibas directo al otro campo a esperar sacar de centro, lleno de prepotencia. Tus compañeros de equipo eran comparsas en una orquesta donde tú eras el director, el gran director.
Todos te adoraban, eras el que más ganaba y el que más pedía aumentos cada dos por tres ¿Si todos estos triunfos son gracias a mí, por qué no cobrarlos? Posiblemente, te decías.Tenías una gran mansión y los mejores automóviles, un yate fantástico, un avión privado y había que seguir pidiendo y amargando la vida de una directiva y una afición que tanto te querían.
Pero llegó el día en que rompiste el saco, cuando todos tus directivos y compañeros celebraban la Champions número 13, allá en Kiev, ganando 3 a 1 al Liverpool, como tú no fuiste el héroe del partido, sino que ese día le tocó a Gareth Bale, uno de los que siempre estuvo a tu sombra, con esa maravillosa “chilena”, que aún tenemos en las retinas, te apartaste de todos y dijiste que querías irte, que te habías cansado de “aguantar” en la Casa Blanca. Quizás pensabas que te convencerían para quedarte y que la cartera de Florentino se abriría de nuevo para ti. No te esperabas que tu «presi», de ti “hasta la coronilla”, iba a decir: “Buen viaje, busca un equipo que pague lo que tú vales”.
Tu cláusula de rescisión era de mil millones de euros y a ello podía ajustarse tu equipo, pero no, te regalaron en apenas 100 millones a la Vecchia Signora, cuyos directivos seguramente pensaron: “con Cristiano vamos a ganar la Champions pues él las ganaba para al Real Madrid” y se frotaron las manos de contento y se le veía tan felices… Pero les faltó llevarse también a Keylor, Nacho, Varanne, Marcelo, y al gran Ramos y tampoco ficharon a Modric, Casemiro y Kroos y a Bale y Asensio, un pequeño olvido.
Este año llegó un Ajax, sí, el mismo que eliminó a un Real Madrid sin ti que le hacías falta, un equipo plagado de jóvenes ambiciosos, muchos desconocidos como fuiste tú en tu momento, y te sacó del juego.
¿Qué llevarás este año para Madeira para engordar tu museo? En este momento ya no eres la estrella que más ilumina el firmamento futbolístico europeo ¿Bota de Oro, Balón de Oro, pichichis, reconocimientos? Te harán falta y, seguro, recordarás que «es de bien nacido ser bien agradecido».
Antonio Álamo Lima.
Canarios en el Mundo, 18/04/2019