El Silbo herreño continúa su andadura hacia la declaración de Bien de Interés Cultural

CEEM. 9 de noviembre de 2022
La Dirección General de Patrimonio Cultural de Canarias publica el 2 de noviembre en el Boletín Oficial de Canarias la resolución por la que se acuerda incoar el expediente de declaración como Bien de Interés Cultural a favor del “Silbo herreño” con la categoría de “tradición y expresión oral” de ámbito insular (no de ámbito canario como es el caso del Silbo gomero).
El expediente del silbo herreño, que ya fue presentado anteriormente sin obtener respuesta favorable por «deficiencias formales del expediente» cuenta con informes favorables del catedrático de arqueología de la Universidad de La Laguna, Antonio Tejera; el catedrático de filología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Maximiano Trapero; el doctor en Historia de la Universidad de La Laguna, Manuel Lorenzo Perera; el doctor en Filología y Derecho; el profesor e investigador, David Díaz Reyes; y maestro de silbadores gomeros y profesor de la Universidad de La Laguna, José Batista Rodríguez; así como el de expertos del Museo Canario.
El silbo no es una lengua, sino un lenguaje
El investigador y etnomusicólogo, David Díaz Reyes, autor de la obra «El lenguaje silbado en la isla de El Hierro», fue uno de los más importantes colaboradores para la realización del documento presentado ante la Dirección General de Patrimonio Cultural de Canarias.
La descripción y los datos históricos publicados el 2 noviembre en el BOC son obra de Díaz Reyes.
Extracto del documento:
«El silbo no es una lengua, sino un lenguaje. Se define como una técnica de comunicación para grandes distancias. Eso quiere decir que serviría para silbarse en cualquier idioma, ya que puede sustituir todos los fonemas hablados, pero que cumple exclusivamente funciones prácticas.
El silbo de la isla de El Hierro es un lenguaje sustitutivo del hablado, en este caso, del español hablado en la isla, del que posee su estructura básica. Tiene un sistema fonológico propio, independiente del que está sustituyendo.
El mensaje es emitido, de media, a una intensidad sonora algo superior a los 100 decibelios. Se puede escuchar y entender con relativa facilidad a distancias de uno o dos kilómetros, siendo posible, en circunstancias muy favorables, alcanzar los tres. Al tratarse de un sistema de comunicación a distancia, las personas que tradicionalmente lo han utilizado son pastores, agricultores, cazadores .., personas que están frecuentemente aisladas, distanciadas entre sí, y en terrenos agrestes. Debido a eso, la utilización ha sido principalmente masculina, probablemente en torno al 80%, frente al 20% de mujeres, como han indicado las investigaciones.
El silbo imita el habla. Por esta razón, en el silbo herreño pueden percibirse los matices de la modalidad dialectal del habla herreña, con su “deje” (entonación), el léxico y sus otras características. Es fácil, por tanto, distinguir a una persona silbadora herreña de otra persona de otra isla.
El silbo en Canarias. Datos históricos
El silbo es el sonido más intenso que una persona puede producir sin utilizar elementos ajenos a su propio cuerpo. Por esta razón, algunas culturas humanas han sabido convertir las modulaciones del silbo en palabras inteligibles, con el fin de emitir y recibir mensajes a larga distancia. Esto es especialmente útil en sociedades que habitan espacios montañosos, por la dificultad que supone cubrir las distancias. El Archipiélago Canario es uno de esos lugares del mundo que tuvo y tiene el privilegio de conservar el uso de esta particular técnica de comunicación.
Las primeras poblaciones de este archipiélago, bereberes procedentes del norte de África, fueron las que trajeron a las islas el lenguaje silbado. Existe constancia histórica y actual de su uso en zonas montañosas de Marruecos. Está perfectamente documentado que esa población indígena de las islas practicaba el lenguaje silbado, y no es de extrañar que la población canaria resultante tras el mestizaje que provocó la conquista y colonización siguiera haciendo uso del mismo, simplemente porque seguía siendo útil. La lengua que se sustituyó al silbar ya no fue aquella o aquellas de origen bereber, sino una de origen románico: el español o castellano.
En su libro “Cinco años de estancia en las Islas Canarias en la década de 1880”, René Verneau menciona la comunicación con el silbo en El Hierro. Sin embargo, la primera ocasión en la que se escribe algo explícito sobre este fenómeno en la isla del Meridiano sucede en 1891, cuando el francés Joseph Lajard habla de un lenguaje silbado usado en La Gomera y El Hierro en un artículo llamado “Le langage sifflé des Canaries”, el lenguaje silbado de Canarias, en el Bulletin de la Société d`Anthropologie de Paris, II.
Este investigador hizo una simple descripción del fenómeno, sin establecer las diferencias entre ambas islas y sin profundizar en sus características. No obstante, sus conclusiones no van nada desencaminadas, ya que establece su origen en las primeras poblaciones del Archipiélago, al comentar que se trata de un lenguaje construido sobre la base de una lengua natural, y que en definitiva consiste en lengua española silbada con una técnica con posibilidades comunicativas muy limitadas. Fue Joseph Lajard el primero en acuñar la correcta denominación del fenómeno como el lenguaje silbado de Canarias.
Más recientemente, en 1991, el profesor Maximiano Trapero escribió (en un breve artículo en el diario La Provincia) que al menos hasta ese entonces la costumbre de silbar pervivía de manera muy residual entre algunos viejos pastores de La Dehesa, zona pastoril comunal en El Hierro. Igual que ya había hecho el citado Joseph Lajard un siglo antes, Trapero observó similitudes entre el silbo en La Gomera y en El Hierro. La existencia de este fenómeno también en El Hierro fue registrada igualmente por Robert Ricard en 1932 (“A propos du langage sifflé des Canaries”), por Buenaventura Bonnet y Luis Álvarez Cruz en 1953 (El lenguaje silbado en La Gomera, pp. 19-24 y 35-40), y por la Dra. María de la Cruz Jiménez en 1993 (El Hierro y los Bimbaches, pág. 109). Mención especial merece el trabajo El pastoreo en El Hierro. La manada de ovejas (2002. págs. 106, 107), del Dr. Manuel J. Lorenzo Perera, donde habla escuetamente del lenguaje silbado antiguamente usado en El Hierro como instrumento de utilidad de los pastores de la isla, tanto para comunicarse entre ellos como con los animales.
Estado de conservación
El hablar con silbos empezó a caer en desuso en El Hierro hace unos 50 años, alrededor de 1965. Desde entonces, siguió perviviendo algo más de tiempo de manera cada vez más residual. Todavía en noviembre de 2006 se escuchaba silbar en El Hierro, y todavía son muchas las personas que lo recuerdan, y unas pocas aún son capaces de silbar con claridad.
El silbo en El Hierro no puede ni debe desvincularse nunca de su contexto cultural, puesto que es ahí donde adquiere su verdadero sentido. Existe toda una “cultura del silbo”. Como muestra, citamos lo comentado por algunas personas entrevistadas en El Hierro, sobre el uso del silbo también para comunicarse con los animales. Según ellas, estos reconocen el silbo de la persona dueña e incluso llegan a hacer lo que se les pide, principalmente en el caso de los perros pastores. Algunas personas informantes no establecieron diferencia entre el silbido como señal convencional para llamar la atención, que no se trata de un lenguaje articulado y el silbo como lenguaje, que expresa un mensaje no previamente pactado. Para ellas, todo es comunicación por medio del silbo.
En El Hierro existe un problema serio con la dentición. Seguramente se deteriora en sus habitantes a menor edad media que en las otras islas. Esto dificulta encontrar actualmente personas que puedan silbar, ya que muchas no siguieron utilizando el silbo después de perder sus dientes o de que se les pusiera dentadura postiza, y no eran capaces de emitir el sonido tal y como estuvieran acostumbradas».
Recuperado de: http://www.gobiernodecanarias.org/boc/archivo/2022/216/
Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes
3282 Dirección General de Patrimonio Cultural.- Resolución de 19 de octubre de 2022, por la que se acuerda incoar expediente de declaración como Bien de Interés Cultural a favor del “Silbo herreño” con la categoría de “tradición y expresión oral” de ámbito insular.